Toda nuestra acción en la vida depende de cómo nos respondemos a esta pregunta incluso sin saber que nos la estamos haciendo siempre. ¿De qué vivimos? ¿Del trabajo, del dinero, del afecto de otras personas, del reconocimiento profesional, de la salud que nos sostiene en un delicado equilibrio? ¿De qué vivimos?
Esta es una pregunta trascendente y como todas las preguntas trascendentes no importa mucho cuál es la respuesta porque si nos la hacemos de forma consciente, y nos la seguimos haciendo con el paso del tiempo, podremos ver que a medida que nuestra comprensión de la vida se vuelve más honda, la respuesta irá cambiando, no así la pregunta.
Quizás te aporte algo mi experiencia. Con el tiempo fui dándome cuenta que sigo vivo a pesar de todos mis errores. Y no sólo vivo como de regalo sino que me pasan cosas interesantes en la vida, conozco gente muy linda, me toca el sufrimiento, me siento más libre y más consciente de mí mismo hoy que ayer… es decir, vivo de algo que no está en la lista de más arriba. También fui dándome cuenta de que mi comprensión es un proceso lento. Me inspiraron hace muchos años la vida de yoguis y santos que comprendieron la vida rápidamente y se despertaron, pero no ha sido mi caso. Yo voy comprendiendo lentamente y eso no me ha privado de la felicidad, de la amistad, del amor y también lógicamente de la conmoción que el sufrimiento me genera y que de alguna manera precisamente, me recuerda que estoy vivo.
Lo que más me anima, lo que siento que me pone y me mantiene en el camino es que el Espíritu, (en mi pequeña experiencia: Dios) “insiste dentro de mí todos los días.”
Esto lo leí en un texto de un viejo sacerdote Jesuita ya fallecido: “Dios me quiere como soy. Su voz insiste dentro de mí todos los días, todos los minutos”…En esas palabras he encontrado la respuesta a aquella pregunta del comienzo. (Luego, lentamente y lleno de errores iré conociendo qué es esa voz que insiste dentro de mí a cada minuto, iré buscándola, siguiéndola, escuchándola incluso a veces perdiéndola…)
Y vos, ¿de qué sentís que vivís?
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