Con mucho gusto retomamos este compartir semanal: las cartas de ananda. Una pequeña reflexión que nos acompaña en este caminito que hacemos juntos de yoga y meditación. Cada semana en nuestras redes y luego quedan archivadas en nuestra web.
Una pregunta acerca de la felicidad:
¿transformarnos o entretenernos?
La gran mayoría de las personas se debate entre las exigencias del tiempo que nos toca vivir y la necesidad de tiempo para descansar y aliviar el estrés que aquellas exigencias producen. Cada vez más a nuestras prácticas llegan personas con ésa búsqueda, (e imagino que en otros espacios sucederá lo mismo): la necesidad de aliviarse y encontrar recursos, herramientas, prácticas que por un lado les ayude a encontrar alivio y por otro, les conecte con el río de la vida, con el sentirse vivos. Y uno, desde el lugar que me toca estar, agrego: necesidad de encontrar un camino que nos devuelva la conciencia acerca de lo verdaderamente importante.
Hay infinidad de técnicas a nuestra disposición y entre la gente más joven además, hay muchas posibilidades físicas. Hay en el mundo “audiovisual” y de redes en el que vivimos, infinidad de recursos propuestos: clases de entrenamiento, propuestas que piden poco compromiso, viajes, líderes y liderazgos en ese mundo de la comunicación rápida y a distancia…pero encuentro que poco hay de la necesidad imperiosa que tenemos por aprender a escuchar completamente. Pues ¿cómo encontrar la paz y la libertad? Escuchando. Lo que fundamentalmente hemos perdido como generación es la capacidad de escuchar. Sabemos ver, leer, postear, escribir, fotografiar, linkear… tanto sabemos, pero hemos olvidado cómo escuchar.
En esa pérdida de la escucha interior hemos perdido la voz de la maestría. Olvidamos que todo eso del “afuera” nos conectaría con un adentro y entonces lo que nos sucede es que vamos haciendo una espiritualidad que carece del poder de transformación de la personas y sólo busca el equilibrio, cierto bienestar más parecido al bienestar de las vacaciones que a la experiencia espiritual profunda, reveladora y transformadora de la persona.
Practicamos yoga y meditación, investigamos en si ser vegetarianos o veganos… nos preguntamos sobre la diversidad, la inclusión, recurrimos a la naturaleza…pero ¿qué confirma nuestro camino?
De verdad es algo que me gustaría que nos preguntáramos: ¿qué confirma lo real y verdadero del camino emprendido? ¿El equilibrio personal, la paz individual, el bienestar personal o la solidaridad, la búsqueda de la justicia y la libertad, la actitud de servicio y
entrega?
Y es necesario e imprescindible recordar que si no nos preguntamos por la verdad y realidad del camino que emprendemos cada día por conquistar la paz y la felicidad, puede que caigamos en la ilusión de la comodidad tan parecida a la anestesia.
Martín González Cremonesi
Instr de Ananda, casa de yoga y meditación
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